Nuevo Taller

Todo nuevo:Horarios , días y temática. Lugar:Corrientes 328. Local 4. Días Martes 18hs Sábado a las 10 y posiblemente el viernes a las 18 para ¡principiantes!. En los dos primeros el motivo o línea conductora de este año será Cortázar . Junto a él iremos transitando los secretos de la escritura. Espero vuestra presencia y estimaré muchísimo su divulgación. Comenzamos el martes 11 de marzo a las 18.































sábado, 26 de junio de 2010

Algo que me contaron y algo que recuerdo


Con el huir de la noche, todos los días un tren partía de Paraná con destino a Concordia.

Era necesario preparar la máquina propulsora varias horas antes, el foguista llenaba de agua la caldera y alimentaba carbón a las fauces de la misma, hasta que el vapor producido alcanzaba la presión adecuada para poner en movimiento el humeante volcán de hierro con sus vagones. Ardua tarea: pala… carbón… pala…carbón... pala…

Una vez concluido el trabajo, negro noche por el polvillo, resaltando de esa negrura lo blanco de los ojos, chita, a la casa del maquinista para indicarle que puede tomar el control del tren.

Esa madrugada caía agua a baldazos y navegó sobre algunos charcos con sus zapatones de cuero.

De regreso en la estación ferroviaria puso a secar las canoas cerca de la boca del infierno. Éstos encogieron fruto del calor recibido y la suela se puso dura como una tabla.

Al retirarse contó las monedas del bolsillo y en vez de subir a un tranvía para ir a su casa decidió gastar ese dinero, el único que tenía, en un bombón para su pequeño hijo de no más de dos años.

Emprendió el camino, agotado, tiznado, con los pies encogidos dentro de los zapatos cual zuecos de madera más pequeños que sus pies, pero con el corazón henchido de felicidad por llevar a su hijo una preciada golosina.

Interminable recorrido, una vez en casa entregó el tesoro al pequeño.

Este quitó con curiosidad la envoltura de oro y llevó el contenido a la boca.

—no me gusta tiene pomada…—dijo el gurí en su media lengua mientras escupía con cara de asco el diminuto trozo. El padre desorientado y con una mirada lánguida en sus ojos gris verdosos… al borde de las lágrimas tomó el resto del bombón y lo ofreció a su esposa.

Años después el pibe, ya en tercer o cuarto grado de la escuela primaria.

—Hmm…me saqué un cuatro en la prueba de matemáticas…—.Comentó con una cucharada de sopa en la boca.

— ¿…nada más que un cuatro…te sacaste…?—.Le preguntó su padre, incrédulo, con voz queda y mirada profunda.

Cual agria amonestación, esa pregunta estalló en la cabeza del niño, prefería un cintazo como castigo. Si el padre lo hubiera hecho, al menos podría haberlo odiado y derramó lágrimas de impotencia.

Este hombre, brevemente reflejado en este relato era mi padre. Sumamente perspicaz, exigente consigo y los que le rodeaban, pero a la vez generoso y según sus propias palabras “autodidacta formado en la escuela de la vida”, vivió para su familia…Nunca me dio siquiera un coscorrón aunque discutir…lo hemos hecho y fuerte.

César Cati

6 comentarios:

  1. Es verdad que el tiempo todo lo puede. Cambia la concepción de las cosas, las suaviza, las enternece. Hermoso recuerdo, libera el alma.

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  2. Es conmovedor cómo recordás la generosidad de tu papá. Y la sorpresa por la nota baja... Es obvio que esperaba mucho de vos y seguramente su decepción te caló hondo, ingeniero. Lindo relato.

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  3. Cristina,el tiempo nos hace más sensibles...vemos las cosas con otra perspectiva

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  4. Carmen, muy perceptivo tu comentario.

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  5. Es verdad que la palabra es poderosa y algunas ,según de quien vienen, duelen para siempre.Por eso de nuevo la palabra, esta vez escrita, nos auxilia para exorcisar los malos recuerdos y su poder nos alivia, afortunadadamente.

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  6. AFORTUNADOS LOS QUE GUARDAMOS RECUERDO, EN EL CURSO DE LA VIDA.....NOS ENSEÑA A SER MEJORES

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