Nuevo Taller

Todo nuevo:Horarios , días y temática. Lugar:Corrientes 328. Local 4. Días Martes 18hs Sábado a las 10 y posiblemente el viernes a las 18 para ¡principiantes!. En los dos primeros el motivo o línea conductora de este año será Cortázar . Junto a él iremos transitando los secretos de la escritura. Espero vuestra presencia y estimaré muchísimo su divulgación. Comenzamos el martes 11 de marzo a las 18.































sábado, 24 de diciembre de 2011

Un poco de todo


Los nonos o bisnonos italianos decían que el primer día del año nuevo había que hacer un poco de todo. Un poco de limpieza, cocinar , hacer el amor- si hay con quien- , hacer una compra o una venta, regar las plantas, hacer la huerta, leer unas líneas, escribir otras, mirar la luna o adorar al sol, dar un abrazo , decir te quiero, soñar…
Parece que si uno o una hace ese día un poco de todo, no faltará la posibilidad de hacerlo el resto del año.
Como bisnieta, nieta e hija de italianos soy fiel a la tradición. Un poco por las dudas, un poco por inquieta
Ahora, aquí, en la paz de mi patio y de mi espíritu me pregunto porque tantos ritos, tantos fuegos de artificios, tantos augurios de bienestar, tanto festejo si cuando se cambie de almanaque seremos los mismos que hace una hora atrás
El calendario gregoriano que nace en Europa en 1582 sustituye al calendario juliano utilizado desde que Julio César lo instaurase en el año 46 adC .
Cuando no existía calculo que la gente se saludaría diciendo te veo en la luna llena o vení dentro de 10 lunas...o iremos a tu casa cuando hayan pasado 50 amaneceres.. y ni hablar de la edad de las personas.
Pero a pesar de la pirotecnia que enloquecía a mi perra cuando estaba conmigo, a pesar de los supermercados saqueados para poder esperar sin hambre a Papá Noel , de el feliz navidad repetido hasta el cansancio y a cuanto humano se acerque, a pesar del tradicional un poco de todo el primero de enero , debo reconocer que puedo rescatar la felicidad del encuentro, el abrazo generoso y sentido y la posibilidad de corregir o mantener el rumbo, según lo que haga falta, para volver a empezar

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tandil


El encaje se mueve, delicado.La brisa matutina decide el compás.Las arañas no se dejan ver.
La naturaleza sigue decidiendo .El tronco yace en la verde oscuridad.En otro tiempo ramas finas lo abrazaron y ahora permanecen en una cercanía absoluta.
Cruces.Ramas.Hilos.Mínimos detalles.
También lo verde acepta el rojo de una frutilla pretenciosa.
El ambiente se puebla por momentos de aleteos.Crujidos de hojas y de ramas anuncian sumisas los caprichos del viento o de las aves.
Aves.Aves del paraíso.
Coro y orquesta que nunca ensayan ofrecen un concierto que me invade.
Cercana , esta vida mínima vegetal y animal, me devuelve a la esencia, al silencio, a la vida primitiva.
Me resisto a volver a la gran ciudad, al tiempo estrepitoso , a la soledad de a muchos.
La casera revisa la casa, le devuelvo las llaves que encierran el paraíso momentáneo.
La ruta engulle mi auto .Avanzo hacia...

martes, 20 de septiembre de 2011

Cuarto de hotel

Besos húmedos.
Risas nerviosas.
Reconocerse.
Amor con apuro.
Cuerpos sin fusión.
Soledad de a dos
Palabras vacuas.
Más risas plásticas.
Cuarto de hotel.
Perfumes baratos.
Sexo-placer.
Adioses que adelantan
un vacío
que llega rápido
para quedarse.

Acerca del amor

De a uno o de a dos o un poco de cada cosa. Parece un acertijo sin solución. Es el debate en muchas reuniones de mujeres o de hombres. El o ella, los solos, alternan su soledad con añoranzas de compartir momentos en pareja. Los miembros de las parejas ansían a veces secretamente, otras a viva voz, la libertad que poseen los solos.
Los cambios sociales a través de este trajinado siglo que pasó fueron posicionando a la mujer en roles diferentes, hasta llegar a lo actual: Calles atestadas de vehículos conducidos por féminas que se dirigen a sus puestos de trabajo, que por cierto son cada vez más numerosos en proporción a los ocupados por los hombres. Estas mujeres a su vez se convierten en sostén único del hogar y el hombre es desplazado de su rol de proveedor, porque perdió su empleo. La familia se ha disuelto y en los casos felices ambos padres contribuyen a la manutención de los hijos, en los menos es uno solo y ahora, aquí en Argentina, muchas veces ninguno.
Todo este reacomodamiento crea fragilidad en los vínculos, desconfianza, confusión, insatisfacción y una gran soledad. Creo que a esto conduce este proceso de mutación de los hábitos sociales. Tanto reclamo de independencia, de no invasión aumenta las distancias, genera incomunicación y en definitiva se deja de permitir que el amor circule generoso entre los humanos.
Escucho al varón estoy bárbaro che, , no hay mas bruja que me controle, que porqué no arreglé el enchufe, que no la saco nunca a pasear. Ahora entro y salgo cuando quiero miro los partidos de fútbol sin interrupciones, estoy muy bien así , a mi no me agarran más.
Escucho a la mujer yo ni loca vuelvo a vivir con alguien, cama afuera querida, siempre novios, lavar calzoncillos de vuelta jamás y cuando se descompone algo llamo a un técnico que lo arregle. Así no tengo que escuchar más quejas.
Si tuviese que graficar estos dos últimos párrafos dibujaría a un hombre de espaldas a una mujer en una eterna postura no-negociable.
Me preocupa y me incluyo porque como mujer me reconozco en algunas de esas expresiones. También me descubro sosteniendo un papel que a veces me pesa demasiado: Yo puedo sola. No me tiene que jorobar el hecho de entrar a un negocio a comprar sanitarios y ver parejas que eligen renovar la casa o comenzar el armado del futuro nido.
Es este momento donde viene al teclado de mi computadora la palabra Mandatos. ¿Cuántos hay, cuánto influyen, como interfieren en esta transición? ¿Cuánto pesan? ¿Qué pasará con esta generación que se animó a tantos cambios? ¿Cuánto del entorno socava las relaciones? Cuantas preguntas...
Esta noche estoy pensando en voz alta pero también lo estoy haciendo por escrito y las palabras quedaron expuestas en esta hoja de papel. Ahora están ante su vista.Tal vez ayuden a generar comunicación, a sentirse identificado/a con mis pensamientos o enojado/a o en desacuerdo, o pueda como yo , liberar los fantasmas interiores.

miércoles, 31 de agosto de 2011

El otro lado de las cosas




Es difícil no caer en las frases hechas pero cuando una tiene que reflexionar acerca del festejo de un aniversario aparecen .Se hace camino al andar habla de un viaje, de acción.
Fue lo que hice allá por el 2001 en la escuela Familia de Dios cuando sus autoridades me cedieron gentilmente un salón y la confianza, para que yo comenzara con el taller de escritura creativa. Asi se llamó al principio hasta que hubo que darle un nombre que lo definiera .Después de ese comienzo otros lugares fueron albergándolo .Como camino emprendido fui haciendo escalas o visitas y así fue que la Biblioteca Gori me recibió con una calidez sin medida durante un año, luego la librería Ross fue otra parada para seguir, la Casa del artista Plástico agregó sus paredes con arte que escucharon atentas la lectura de los textos que seguían alumbrando los participantes del taller hasta que ese recorrido hace la pausa en su casa actual , Buchín libros, para disfrutar , ya con dos grupos, de esta tarea maravillosa que mezcla el arte con el oficio.
Me gusta llamarlo taller de herramientas. Ahora, leyendo algo sobre Pichón Riviere y Freire sobre el aprendizaje descubro que se habla de esta tarea como un trabajo de parir conocimientos y del grupo como un instrumento de alumbramiento, sostén de búsquedas, de reflexiones, de dudas e incertidumbres.
Palabras: herramientas, arte, oficio, alumbramiento, grupo, reflexiones.Vaya que materia prima. La palabra aparece en el taller leída, oralizada, escrita. Los compartires tienen que ver con descubrir autores de la literatura universal, con la creación, la imaginación, con la hechura del cuento, con la preocupación de la frase bien hecha, la risa, el silencio: esta vez no pude escribir y la certeza de saber que cada semana hay un lugar que nos espera para contener todo esos intereses comunes al grupo.
Más arriba mencioné la palabra alumbramiento. Me servirá para anunciar uno que tiene que ver con esta celebración. Un libro nació como resultado de toda la actividad del taller.”El otro lado de las cosas” es su nombre. Sus padres y madres son los narradores del taller y el 29 de agosto fue presentado en sociedad en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia.
El camino sigue, me detengo a celebrar solo un momento hacia afuera, en realidad esta fiesta se renueva cada semana, es mi disfrute interior, cada vez que busco el autor, la técnica o el cuento que les leeré. Placer que se retroalimenta cuando los participantes del taller entregan lo mejor de cada uno.
Esto habla de una circularidad maravillosa, es el intercambio, el compartir, las ideas, la palabra escrita, la creación, el conocimiento, los sueños, la libertad.
Por todo lo expresado debo agradecer desde el corazón a los que me han acompañado en estos 10 años, cediéndome un lugar y participando de este gozo que significa el gusto por la literatura

martes, 23 de agosto de 2011

Déjenme sola, sola y solita

La infancia es la etapa más bella de la vida, mientras dura el tiempo toma otras dimensiones, es prolongado, se detiene justo en el momento que estás siendo más feliz y podés retenerlo todo lo que quieras, porque la magia de la inocencia lo logra…El tema es que también deja huellas imborrables que duran por toda la existencia. En mi caso conservo muchas preguntas que aún no encuentran respuestas.
¿Por qué jamás pudo resolver su problema de torpeza “la farolera”? Hace años que se viene tropezando, cayendo y pasando por el mismo cuartel en el que está el coronel del que se enamoró, las niñas siguen cantando su canción interminable y parecen estar tan felices como la protagonista, cuyo futuro desconocemos…¿se habrá casado con el coronel? ¿o se habrá convertido en una solterona amargada que continua encendiendo faroles en un tiempo lejano de su mundo imaginario?
¿Y quien más que los niños pueden divertirse quedándose quietos jugando a la estatua?…sentirse protagonista cuando les toca “sacar” y dejar congelada a la amiga que nunca jamás debe ni siquiera pestañear, sino una prenda tendrá y quizás tenga que darle un beso al más feo, o al más lindo, depende de lo que cueste más…
Y más de una vez me pregunté que tendrá que ver “el zapatito de charol” con la “botellita de licor” y cómo una niña se va llamar “doña Rosa”, y encima después había que gritar ¡chocolate! , te daban un flor de chirlo, a veces cobrándose alguna deuda vieja y te dejaban la cola con los cinco dedos marcados.
Martín Pescador era el que autorizaba o prohibía el paso por la barrera del tren que estaba formado por todos los que podíamos juntar, cuantos más mejor, más divertido era el final cuando nos agarrábamos de la cintura los que les gustaba la sandía, en contra de los que le gustaba el melón , u otras arbitrariedades y nos caíamos unos encima de otros , muertos de risa. Pero ese interrogante me inquietó durante años ¿por qué un pescador manejaba la barrera del tren?
Y que me cuentan del “gallito ciego”, ¿que sentimientos crueles hacen que encima que no ve, lo marean hasta que casi no se mantiene en pie, tiene que buscar a los amigos y reconocerlos? y sino ¡pierde!…recuerdo esa venda improvisada con un pañuelo, que no siempre estaba limpio, y como finalmente todos encontrábamos la vuelta para poder descubrir quien era el que nos tocaba.
¿Y de la pobre niña, que debería tener bastante pocas luces para perderse en el fondo del jardín? Y encima cantaban alegres “cataplín,cataplín,cataplero….! Y la traían sentada en una sillita, de donde la habían sacado , del fondo del jardín??
También me pregunto que tipo de familia tenía el pobre de Mambrú, que se fue a la guerra , no volvió más y todos cantaban ¡ jajaja jajaja…Mambrú no vuelve más!...con amigos como esos no se necesitaban enemigos.
Y la rana que cantaba cu,cu , ¿cómo hacía para ver que pasaba un marinero, como vio la ensalada que llevaba la criada y la famosa capa y el sombrero del caballero , si estaba debajo del agua? Y encima la que llevaba las moras fomentaba la avaricia porque no le quiso dar a nadie.
El colmo de la insatisfacción, la “señoría”, a la que le ofrecieron todos los trabajos modista, maestra, cocinera, enfermera…pero ella insistió tanto hasta que logró que le digan que iba a trabajar de princesa…mantatiru, liru,la…
Otro interrogante que me inquieta es para qué construyeron ese famoso puente en Avignón si nunca pasaba ni un carro, siempre estaban bailando todos los trabajadores de la ciudad haciendo asi,asi y asi….
El más divertido era “La escondida” , qué pasión, como latía el corazón cuando el que contaba te pasaba por al lado y no te veía…entonces salías corriendo a toda carrera y con fuerza gritabas ¡PICA! Y te sentías una triunfadora, que con velocidad y astucia complementadas lograbas que los amigos te miren con más respeto y hasta con un poquito de envidia. Ni hablar cuando lograbas esconderte con el chico que había crecido más rápido , eligiendo el más pequeño de los espacios para ocultarse juntos.
Y bien, con lo que sembraron en mi intelecto y en mis emociones estos juegos infantiles, lo único que puedo decir es que me dejen sola, sola y solita que quizás me encuentre con la farolera y me presente un amigo del coronel que me lleve al fondo del jardín a perderme con él, aunque es muy posible que le pase como a Mambrú que lo mandaron a la guerra y no volvió jamás… Mejor espero que me ofrezcan un laburito de princesa o de bailarina arriba de algunos de los puentes de la autopista…Aunque creo que lo más divertido va a ser buscar a alguien con quien esconderme…MANTANTIRU LIRU LA!

Mónica Mancini

. 5:1: “Y vi un libro por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.”
Biblia _ Apocalipsis.

Siete segundos. Un plástico se expone al fuego emanando hedores de infancia. Las defensas bajan por las alcantarillas. Somos vulnerables como una rata. El Universo fluye lento entre ecuaciones cuadráticas, y teoremas de Pitágoras. Un tornado inconsciente de leyes hace que el mundo se detenga por siete segundos. Tan sólo en siete segundos.


La vida se oscurece bajo la nube de Hiroshima. Siete segundos. Las claridades golpean los fragmentos y la vida se escurre entre sudores de mercurio. Una lamida de viento corrosivo recorre las pieles. Los árboles vigilan desde su sabia. Un violento temporal de langostas descarga el vómito de los Dioses. Siete segundos. Tan sólo en siete segundos.


El rencor del viento refuerza la tormenta concediendo a las hojas el favor de convertirse en aves. Un huésped en las pestañas obsequia mutaciones y cabalgamos en caballos de colores. Sin embargo, tranquilos en la tragedia, dormimos, envueltos en el manto de las escrituras, seguros de haber abierto los sellos tan sólo por siete segundos.
Liliana Savoia

viernes, 8 de julio de 2011

Jorge y la luna


Lo conocí en la escuela, siendo muy niño . Lo traía su madre tomado de la mano, se lo observaba feliz cuando caminaba con ella por las calles pobladas de sonidos urbanos de la ciudad. Hablaba alegremente y se notaba encantado sólo por estar asido a su mano. A medida que se iba acercando al lugar donde debían separarse su gesto mutaba, los ojos adquirían un brillo espejado y se forzaban por no arrojar las lágrimas que se acumulaban inquietas por escapar. No se quejaba, se quedaba tieso, inerte y la observaba hasta que se confundía en la multitud.

Percibiendo el sentimiento de desamparo que lo envolvía cada vez que su madre se alejaba, yo pasaba mi mano por su hombro, lo pegaba a mi costado, le hablaba procurando hacer dulce y alegre mi acento e intentaba por todos los medios construir un vínculo que le permita conectarse con el ambiente escolar.

Pasados unos meses comenzó a expresarse, sólo palabras- frase, enunciadas con esfuerzo, no porque le costaba hablar, sino por la gran inhibición que tenía para mirar a los ojos y decir un deseo. Con el tiempo aprendí a leer su mirada. Negra, negrísima. ¿Qué mensaje ancestral expresaba? ¿Cuántas historias de amor y odio se acumulaban en ella? ¿Cuántas injusticias vieron a lo largo de todas las generaciones que lo precedieron? ¿Eran sólo sus ojos, o también los de los” tobas” que fueron alienados a lo largo de la historia?

Jorge vivía en el barrio de los tobas, mal llamados así por los guaraníes que los despreciaban y los denominaban de esa manera por su hábito de despejar la frente, “tová”, significa “frente” en el idioma de ellos y desde el siglo XVI cuando ambos pueblos luchaban por el territorio comenzaron a nombrarlos de esa forma, que también adoptaron los españoles cuando se apropiaron de sus tierras.

Jorge en realidad pertenecía a la etnia “qom”, que simplemente quiere decir “hombre”. Él guardaba en su mirada toda la historia de su pueblo, sólo había que saber leerla. ¿Transmitían sus ojos profundos y sufridos la masacre de Napalpí, cuando en 1919 fueron capturados y obligados a trabajar como esclavos en las plantaciones de los blancos? Cuándo se resistía a soltar la mano de su madre, ¿se revelaba por tener que cambiar su vivienda de troncos y paja por un edificio frió de paredes sólidas que no le permitían estar en contacto con su tierra?

Llegado el mes de septiembre organizamos un campamento a Córdoba, a Tanti. Todos los chicos estaban felices por la experiencia, él también, aunque nunca lo decía, escuchaba con atención los proyectos y contribuía trabajando para los preparativos. Fuimos en tren, él se sentó a mi lado y durante todo el trayecto no abandonó su postura erguida, concentrada, sólo reaccionaba si alguien lo molestaba , no devolviendo la agresión , sino rechazándola con entereza. Entre sus manos sostenía una valijita de cartón donde llevaba sus cosas , la asía con dignidad , como custodiando un tesoro ¿guardaba en ella la tibieza de las manos de su madre acomodando su ropa?. Mostraba mucha disciplina en todos sus actos, mirándome cada vez que alguien hacía una propuesta para decidir si la obedecía o no.

Llegamos a la casa que nos habían prestado para pasar unos días, éramos muchos y la vivienda pequeña , no obstante eso, nos organizamos como para que la mayor parte del tiempo estemos en los alrededores , para disfrutar del paisaje , ir a bañarnos a los arroyitos , gozar de unos días diferentes que pocas veces nuestros niños tenían oportunidad de compartir con amigos.

Al arribar la primera noche era necesario desarrollar los hábitos de higiene , después de tantas horas de viaje y de pasear por los caminos de piedras…Habilitamos el baño y de a uno fueron pasando rápido para no agotar el agua del tanque. Cuando llegó su turno se negó terminantemente a meterse en la ducha, reaccionó casi con violencia cuando lo increpamos por su falta de aseo. Fue entonces cuando comprendí que el otro, no siempre es “el otro”, que el parámetro no somos “nosotros” y cuando me empecé a preguntar quienes somos “nosotros” y quienes son “los otros”… ¿por qué pensamos que lo que hacemos de una forma igual es lo que “debe ser” para todos?...

Jorge nos miró, por primera vez, con desprecio. Tomó un balde , lo llenó de agua fría y salió a la noche , mirando con devoción la luna llena que iluminaba el jardín , sacó un pequeño trapito de su valija , lo humedeció en el agua y cual si estuviera cumpliendo con un rito ancestral , comenzó a limpiar su cuerpo , lentamente , detalladamente…..en soledad.

La imagen de Jorge resplandecía bajo la luna, desde la ventana me quedé extasiada observando como este niño, desplazándose como un artista se movía suavemente conservando lo transmitido por su madre, representando un pasado que no puede ser borrado. Comprendí que no existe la subordinación, que nadie por más armado y fuerte que sea, puede evitar el vínculo cerrado de amor que se hereda después de muchas generaciones.

Desde entonces ya no llamo “toba” al pueblo de Jorge e intento “enseñar” que se le diga con el mayor respeto “qom”, hombre, humano digno y adorador de la naturaleza.

Mónica Mancini

martes, 5 de julio de 2011

La cárcel de cuero verdoso


Subo con lentitud la escalera de granito, como tratando de no llegar. Debo ir. Los pies cargados con el plomo de la incertidumbre. La mañana empieza, sin ningún aderezo, desde los ruidos metálicos y un insistente olor a desinfectante que golpea mi nariz. Las enfermeras, enfundadas en chaquetas y pantalones blancos deambulan diligentes hacia las habitaciones dónde la luz roja se me aparece como una mancha de sangre. Todas llevan un barbijo blanquecino. Me imagino su aliento golpeando contra la tela gruesa, rebotando sobre sus bocas pintadas.

Sé que no puedo negarme al ritual de cada mes. Porque decir que no, es igual a no socorrerme impíamente. Mis manos se crispan sobre la bolsita de nylon. Palpo el rectángulo perfecto de la caja del medicamento.

Sigo las flechas por inercia. Conozco cada recoveco de esa travesía que hoy se pinta desconocida.

Prohibido permanecer el los pasillo. Prohibido Fumar y una cara antigua llevándose el dedo índice a la boca. Es necesario cumplir setecientos nueve requisitos para apoltronarse en ese sillón que te traga como un lobo feroz. Y sin embargo camino.

Eppour si mueve, me digo emulando a Galileo ante el Santo oficio.

Llego, después de andar cuatrocientas noventa y dos pisadas a la Sala. Me detengo frente a la puerta vidriada esperando nada y esperándolo todo. Dentro, el vaivén de las dos enfermeras de la sala indica que están apuradas.

Una de ellas, Celina, me reconoce. Me hace señas con la mano derecha con un gesto que presupongo me indica que entre.

Prohibido tener el celular prendido. Prohibido el paso a toda persona ajena al piso. Atención, sólo pacientes. Sala esterilizada.

Mi mano ya no es mía sino del pomo de la puerta que se abre y se ríe de mí. La libertad se terminó al traspasar el umbral invisible de la pertenencia. Si Celina. No Celina. Es cierto Celina. Celina me indica con el dedo índice el sillón que ocuparé. La asocio con el cuadro del pasillo, auque no son parecidas.

El sillón traga mi humanidad como una planta carnívora. Me dejo devorar por el cuero con vida. Celina vuelve, risueña- Por más que me esmero no puedo copiarla. Mis labios están rígidos como las manos sobre la bolsita. Celina la saca de mis dedos con destreza. Habrá recuperado tantas bolsitas. Celina.

Ya no soy yo, sino un brazo conectado a una botella de suero que enfría mi carne. El sillón se compadece de mí y me devuelve un calor tibio. Entonces trato de reconocer ese asiento amigo y enemigo. Sillón: asiento con respaldo, con apoyos laterales para los brazos comúnmente llamados con el mismo nombre: brazos.

Sillón: leer hasta la madrugada sólo acompañada del viento y una copa de vino. Sillón Amarse fundidos, enmarañados. Cuerpos que despiden adrenalina de deseo. Sillón. Sillón

—Sillón. —Celina está frente a mí. Creo haber pronunciada la palabra en voz alta.

—Estás cómoda— me pregunta con la misma sonrisa que parece bordada a mano en su cara.

Mientras el líquido ardiente invade mis venas, para distraerme, sólo para distraerme, comienzo a mover los ojos en una panorámica vista de la Sala. Observo el lugar como un turista asombrado ante la belleza de San Martín de los Andes, en Bariloche.

Es una sala pequeña, vestidos blancos sus paredes, con acentos de colores que rebosan de los cuadros, testigos

Una ventana da al exterior, Boulevard Oroño duerme a esta hora del día. Solo algunos perros pasean a sus dueños. Mi pupilas se pierden entre el verde amarillo de las copas de los árboles. Es otoño. Pudo ver algunos pajaritos que anidan en sus ramas.

Las hojas tiene el deslucido verde de los “sillones”. Verde el color de la espera, verde el color de la esperanza.

No sé cuanto tiempo pasó desde que dejé devorarme mansa y sin oponerme. No tengo reloj. Cuando voy a los sillones no llevo. Es ridículo pero de alguna manera el no llevarlo me funde en un presente sin horario.

Celina está agachada, en cuclillas de nuevo frente a mí. Me libera de esa cárcel líquida, Retira la aguja. No me sorprende mi cambio matérico. Me han crecieron dos alas de mariposa que me llevan volando atravesando la puerta vidriada, con marcos de roble., sabiendo que el próximo debo volver, o no.

Liliana Savoia

lunes, 4 de julio de 2011

DETRÁS DE ELLA

No había amanecido aún cuando Pietrina atrapada por la curiosidad se vistió rápidamente y se dirigió al altillo.

Dándose coraje dio vueltas el picaporte y entró.

La alcoba se encontraba como la había dejado al irse.

En la mesita de luz la vela roja, una copa vacía y el portarretrato.

En un ángulo de la habitación el caballete con un cuadro cubierto.

Con cautela lo descubrió.

¡Su rostro, su mirada! estaban allí observándola de frente.

Desvió la vista, cerró los ojos y recordó el sueño, al tiempo que un presentimiento la invadía. Retrocedió espantada.

Sintió sollozar las campanas de la capilla.

Todo era exactamente igual.

Retrocedió, más y más hasta sentir cerca la puerta.

Un torrente rojo se agolpaba en su cerebro, giró la cabeza en el intento por abrir, dos manos se apoyaron en sus hombros. Se dio vueltas y sus ojos se enfrentaron nuevamente a los de El.

¡César Borgia! un serpenteo helado le recorrió el cuerpo

Sintió el filo atravesar su garganta y un invisible hilo de luz la llevó hacia el cuadro.

Lo vio traspasar la tela mientras un hatajo de sangre le iba manchando la túnica blanca.

Malena Accinelli

lunes, 6 de junio de 2011

FICCIONES



La sombra obscura de los morros agrisaba el caserío. Pajarracos dormitaban en hilera sobre los techos de algunas cabañas, dibujando cordones negros. El mar insistía en volver a la orilla infinitas veces. Todo era igual esa noche, como la anterior y como cualquiera de las cálidas noches de Garopaba.

Nada especial le indicaba a Simón que debía quedarse en casa. Apoyado en una roca seca, al final de la Bahía, a resguardo del viento, Simón leía, y leía cuanto libro se acercara a sus manos.

Así, vivía aventuras con Salgari, meditaba con Rampa, peleaba con molinos de vientos o viajaba en submarino alrededor de la tierra. Él no era pescador como los otros. Devolvía los peces al mar, porque escuchaba sus voces de reclamo y antes que le cayera una maldición abría las redes.

Cada nuevo ejemplar que llegaba a sus manos le agregaba temores, valentía, entusiasmo o pena a su tornadizo carácter. Una vez perdió el pelo de su cabeza por beber un brebaje que prometía elevarlo en altura hasta diez centímetros. Otra, corrió tanto, atravesando playas y morros, que lo encontraron cinco días después, recostado en un socavón, flaco y maloliente, con los pies mordidos por los cangrejos. Cuando se le pidió explicación, sólo contestó con expresión melancólica e ingenua que no había podido alcanzar el nacimiento del arco iris.

Así era Simón.

La lectura minuciosa de los planos de "un tal" Leonardo Da Vinci, le había generado tremendas ansias de volar. Al mejor estilo de Juan Salvador, todas las mañanas pensaba en las distintas posibilidades de vuelo. Calculaba que en quince días de buen trabajo podría tener el dinero suficiente para fabricar su máquina.

El mar estaba en calma, el cielo no mostraba presagio de tormenta.

Otros pescadores ya le habían sacado ventaja y desparramaban en el aire alegres canciones, arrimándose a la costa con los botes llenos de tesoros marinos.

Simón no escuchaba, él perseguía una ilusión y mientras especulaba acerca de la velocidad del vuelo, el lugar que eligiría para deslizarse hasta quedar suspendido en ese mar de viento, se internaba cada vez más. Sus compañeros en la costa despedazaban las piezas, clasificaban con rapidez lo de valor, para dejar los restos, que el mar con sabiduría recogía reclamando pertenencia. El bamboleo del bote cada vez más intenso no despertaba a Simón. Después de la máquina de volar, armaría la del tiempo, esa también lo había fascinado. Quizás buscaba la entrada perdida de la Atlántida o una ballena blanca.

Nadie volvió a verlo. Se dice que Simón vive en la realidad de sus ficciones.

lunes, 11 de abril de 2011

El vuelo


Mi cuerpo está…creo que está, la horizontalidad no me permite apreciar el espacio en que me encuentro, la perspectiva es limitada, sólo una luz fuerte ocupa mi campo visual, como es intensa cierro los ojos y busco pensamientos con avidez, que ayuden a evadirme de este lugar al que no logro abstraer, representar en mi cabeza. Busco imágenes que no sean estas, y lo logro. Aparece una sensación de pérdida de materialidad fascinante, puedo olvidar y casi no percibir el ruido metálico de los instrumentos que preparan para utilizar en forma inmediata; ni el olor a látex de los guantes descartables, deja de importarme la inmovilidad de mis brazos y aparecen otros, que se elevan, se sacuden como alas en un vuelo arrasante, desde donde puedo apreciar los personajes de una historia que me provocan placer e inquietud.

Ahí esta ella sentada en la puerta, en su sillón playero, vestida prolija, perfumada .Sus cabellos canos reflejan una vida que ha pasado, de la que no se arrepiente de lo que ha hecho, no le interesa disimular sus años. Imperturbable, sentada, sólo sus ojos se desplazan siguiendo los movimientos rutinarios del entorno. La gente que entra y sale de la granja, los chicos que van a la facultad, el vecino que saca el auto del garaje…

Los ruidos metálicos se transforman en otros más graves, más consistentes, el aire que entra por mi nariz se impregnó de olor a sangre. Los destellos de luz se transformaron en sombras con las que construyo imágenes que abran otra vez un camino para llegar a verla de nuevo. Lo logro , la veo pero distinta, joven y ahora puedo observar con más claridad su regazo , hay un niño sentado en él , ella mueve sus piernas haciendo un juego que al él lo entusiasma , que pide otra vez y otra vez y hasta escucho sus risas sonoras , carcajadas que sintetizan una imagen de verdadera felicidad.

Una oleada de conciencia me sacude, otra vez la luz, pero ahora se entrecorta con rostros que se asoman a mi mirada como si estarían viendo un abismo , me hablan, me interrogan, otros sonidos se entremezclan con sus voces , un tic-tac que marca el ritmo de mi corazón me confirma que estoy allí ,comienzo a sentir mi cuerpo , el dolor me lo anuncia , mucho dolor y con desesperación quiero volver a irme, quiero sentir las alas y regresar a sus brazos ,en los que me reconocí agitando los míos y riendo con una alegría lejana que nunca más volví a experimentar., Me adueño de mi cuerpo choco mis rodillas con la frente y vuelvo a viajar, Otra vez la veo, más joven aún .con pelo largo que flota en su andar liviano, recorro con mis ojos su cuerpo y veo con emoción su vientre prominente, hermoso . Entonces puedo girar y girar flotando en ese espacio maravilloso del que nunca querría haber salido.

La luz intensa desapareció, ahora se percibe a través de una ventana con una sencilla cortina blanca. Es lo primero que veo cuando me despierto, a los pocos minutos aparece mi madre, me toma la mano y me repite una y otra vez que todo está bien, que ella siempre va a cuidarme , que descanse y vuelvo a dormirme con una infinita paz al sentir su mano entre las mías.

Mónica Mancini, 31/03/2011

viernes, 25 de marzo de 2011

El juego de un gran escritor


Detalles cotidianos irrelevantes me despertaron junto al murmullo suave de una lluvia mansa. Los dos tomos de cuentos de Cortázar pegados a mi cama son invitación .La acepto con la misma unción de alguien que descubre lo sagrado.

Porque a él lo redescubro cada vez que lo leo y esta madrugada sentí a dos Julios. Uno primigenio, al decir de Vargas Llosa, muchacho alto y delgado, de cabellos cortísimos, lampiño, de grandes manos que mueve al hablar. Sus cuentos y novelas no dejaron de sorprenderme durante mi adolescencia y juventud .Lo fantástico se mezcla con lo real tomando los narradores una postura imperturbable que le permite a alguien vomitar conejitos, ser persona y anfibio indistintamente o correr embarrado por pantanos durante una guerra florida, perseguido por guerreros, mientras una penumbra tibia de una sala de hospital lo vuelve al sueño o a la realidad…

Un Cortázar que juega con el idioma e inventa uno. El irreverente que juega a la Rayuela, que inventa desordenados y tibios cronopios que compartían aventuras con cuidadosos famas e ingenuas esperanzas.

Pero en el otro tomo me esperaba el otro, El Julio de cabellos largos y barba rojiza que repartía volantes durante el Mayo francés confundido entre los jóvenes, el Julio sin Aurora, tal vez. El Julio que fue tomando otra postura frente a la escritura y frente a la vida. Vida que se hizo pública, comprometido con el socialismo defensor de Cuba y Nicaragua.

Particularmente cuando leía Familia, Maneras de estar preso o Diario para un cuento encontré a este Julio que escribe de taquito , también rebelde pero hasta el grado de entremezclarse con los personajes , con el narrador , como dejando entrever que a estas alturas hace que lo que quiere porque es un mago , un maestro y uso el presente histórico porque a los dos , al lampiño y al barbudo, siempre con manos generosas , todavía los siento vivos.

Rosi Mendicino

domingo, 13 de marzo de 2011

PACIENTE ESPERA

La pintura de César Cati provoca los sentidos ,expresa sensaciones , recuerdos, lo no dicho.Cristina lo transmuta hábilmente en este poema


Duermen…

largo sueño,

quizá eternizado.

Esperan…

en silencio,

paciente letargo.

Arrullan…

dulcemente

el inmortal sosiego,

rocío…

vendavales

o cielos serenos.

Partió…

hace tiempo

ll viejo marinero.

Lleva…

a barlovento

el obstinado remo.

Cristina Natalia Kovacevic

martes, 8 de febrero de 2011

Apresada


A veces el gris del tiempo uniforma la mañana y la tarde y el día completo se sumerge en un lento y único transcurrir.El sol perdido y la lluvia que hoy cae con disimulo enfundan a la vegetación en brillantes trajes resaltando los verdesamarillos y ocres del otoño.
Los ruidos se apagan , el viento solidario con la lluvia también tiene vergúenza y apenas si mueve las hojas más atrevidas, las que están más expuestas.Un gorrión toma de los charcos solo lo necesario y vuela.Los coches no se libran de las vestimentas de la lluvia y varillas negras rasgan la parte que molesta en el parabrisas
¿Qué es lo que me atrae tanto de la lluvia? Comienza con el placer que me produce oler la tierra mojada, continúa con las caricias que me prodigan al oido los distintos ritmos de las gotas, hábiles músicos que modifican las melodías según la superficie en la que les toque descansar.
Se agrega la posibilidad de salir de la rutina en cuanto a la visión que uno tiene a diario del espacio.Es agradable ver las distintas formas que adopta el agua al caer cuando sopla el viento y la somete a su capricho.O cuando la lluvia aterriza vertical y con fuerza, o cuando como hoy parece pedir permiso para besar el suelo.
De pronto escucho que la familia me reclama.Parece que por un instante he sido apresada por una inocente ventana.
Abril de 1999

miércoles, 19 de enero de 2011

Pintura y poesía


Otra vez se cruzan los distintos lenguajes del arte La agrupación literaria Nosotras (Club Español) convocó en el 2009 al Salón Poesía-Color. La poesía de Cristina Kovacevic obtuvo el 2º Premio. La pintura es de Luciana Guerra, hija de Liliana Savoia .De Luciana puedo decir que cursa la carrera de Licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario.
Estudia y se perfecciona en las disciplinas de dibujo con el Maestro Julián Usandizaga.

Participa en certámenes de pintura y dibujo donde obtiene numerosas distinciones.
Como escritora participa publicando en antologías de narrativa y poesía.
Intensifica sus conocimientos y herramientas creativas orientándose al área de Diseño Gráfico, obteniendo importantes distinciones y publicaciones en libros y revistas.

Coordina el taller de pintura de la ciudad de Capitán Bermúdez y los Talleres de Pintura y de Pintura sobre porcelana para adultos en la Comuna de Ricardone.


TORTURAR

Diabólico viaje,

circuito perverso.

La rueda que gira,

que no se detiene.

El verdugo ostenta,

alardea, se jacta.

La víctima clama,

ruge, solitaria.

Subsiste sin fuerzas,

sin vida, sin alma.

Solo permanece, mártir,

inmolada.

Y el sádico goza, presume,

se ufana,

Y cerca, y envuelve,

y confina y mata.

Insensible,

ciego.

Se ensaña, se obstina.

Y se vanagloria.

Enferma la mente.

Desquiciada el alma.

Cristina Kovacevic

sábado, 15 de enero de 2011

Inquietud de madrugada


Se dice que Macedonio Fernández tenía dificultades para pagar el alquiler de su vivienda y por lo tanto debía cambiar a menudo de domicilio.Cuando las ideas lo poblaban las escribía en papeles sueltos para que no se fueran. Asi que no era extraño que en cada mudanza extraviara alguna.
Hoy , en este incipiente 2011, vengo aqui , a este papel virtual para anotar estas preguntas:
¿el blog no extraviará , a la manera de Macedonio, las ideas que me despiertan, dejándolas en otras viviendas, en la rama de un árbol, en el fondo de una papelera de reciclaje o simplemente en algún hilo de la red?
¿Se mezclarán los cuentos de Alicia con el de Carmen y el de Rita aparecerá en la casa de Cristina?
¿La escultura de Liliana se acomodará junto a la foto que sacó César?
Mejor me voy a dormir, demasiadas preguntas, demasiadas preocupaciones para una madrugada

domingo, 9 de enero de 2011

Contraseña


A veces cuando posteo un blog (¿Habrá incluido esta palabra la Real Academia Española a su diccionario?) me aparecen una letras rebeldes que no respetan renglones ni leyes y se me pide que las copie sino no puedo dejar mi comentario. Y entonces me desplazo en el tiempo y me acuerdo de las rondas y de martín pescador se podrá pasar pasará pasará pero el último quedará y se levantaban los brazos y pasaba apurada para no ser la última y copio las letras con éxito y aunque no vea los brazos levantados me apuro porque si las copio mal martín pescador no va a dejarme publicar lo que tengo para decir

domingo, 2 de enero de 2011

Esperanza


Por estos días he visto escrita varias veces la palabra esperanza.Esperar es hacer poco , los pichones esperan con los picos abiertos que les caiga la comida encima.Tal vez sea el primer paso, gracias a esa comida crecerán y podrán volar por si mismos.Esperanza puede ser tener una ilusión y es un primer paso, pero hace falta más. Hace falta poner la acción.
Cuando saludo a mi gente querida hablo de tener proyectos.Esa palabra connota una apertura hacia adelante, activa, al contrario de la actitud del o de la que esperan.
Al proyecto hay que ponerle acción porque solo no se concreta.Por eso aliento desde esta ventana virtual a proyectarse hacia el nuevo año con sueños nuevos pero también con acciones que nos hagan mejores y que nos permitan disfrutar el cada día.
Aprovechemos este cambio de almanaque para renovar todo lo que no funciona, lo que nos produce displacer , lo que se nos pasa de largo y merece más atención.Y ya basta porque esto se parece a un empalagoso discurso de auto ayuda.Buen año para el que esté leyendo este blog