Nuevo Taller

Todo nuevo:Horarios , días y temática. Lugar:Corrientes 328. Local 4. Días Martes 18hs Sábado a las 10 y posiblemente el viernes a las 18 para ¡principiantes!. En los dos primeros el motivo o línea conductora de este año será Cortázar . Junto a él iremos transitando los secretos de la escritura. Espero vuestra presencia y estimaré muchísimo su divulgación. Comenzamos el martes 11 de marzo a las 18.































lunes, 12 de abril de 2010

Otoño

Ellos se sentaban en un banco de la “Plaza del mástil”, siempre en el mismo, frente a la Iglesia. Sólo cambiaba la hora en que lo hacían y eso dependía de la estación del año en que estaban, por eso la cita en otoño era a las tres de la tarde, y en el encuentro de hoy, hablaron de Lydia.

El viejo Pedro le decía a su amigo de lo débil y delgada que la había visto bajar del tren de las nueve de la noche, sola, sin que nadie la esperara y que parecía tan descompuesta que él pensó que se iba a caer desmayada ahí nomás, en el andén de la estación.

Anselmo le contó entonces que Lydia viajaba a la Capital, porque allí recibía un tratamiento que en el pueblo no se podía hacer, no tenían en el Hospital las máquinas donde, por horas, conectaban a las personas y le limpiaban toda la sangre del cuerpo.

Pero él, además, le contaba al otro viejo, que sabía el origen de la enfermedad de Lydia, que al contrario de lo que decían los médicos, ella se había enfermado de pena, y que él ya lo había pensado cuando no le auguró felicidades en el día de su casamiento, pues conocía muy bien a la persona con quién se casaba, sumamente violenta. Aseguraba también que había visto y oído muchas veces el maltrato a que era sometida por parte de su marido y que por eso, no le extrañaba que la tristeza del alma le enfermara el cuerpo y así se fuera deteriorando tanto.

Las campanas sonaron a entierro, ya se acercaba el cortejo. Los dos se ayudaron, mutuamente, a ponerse de pié, con esfuerzo y con gran pesar en sus rostros. Los dos habían conocido y querido a aquella muchacha.

Al quedar parados, se quitaron las boinas y bajaron lentamente sus cabezas, en señal de duelo.

Cristina Kovacevic

2 comentarios:

  1. ¿Sabés que me encantan estos relatos costumbristas? Aunque dejen, como éste, un resabio de tristeza.

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  2. otoño es tu obra, está escrito con pluma de Casilda bellisimo

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